ORACIÓN A SANTA MARIA
(L. de Grandmaison)
Santa María, Madre de Dios, consérvame un corazón de niño, puro y cristalino como una fuente. Dame un corazón sencillo que no saboree las tristezas; un corazón grande para entregarse, tierno en la compasión; un corazón fiel y generoso que no olvide ningún bien ni guarde rencor por ningún mal. Fórmame un corazón manso y humilde, amante sin pedir retorno, gozoso al desaparecer en otro corazón ante tu divino Hijo; un corazón grande e indomable que con ninguna ingratitud se cierre, que con ninguna indiferencia se canse; un corazón atormentado por la gloria de Jesucristo, herido de su amor, con herida que sólo se cure en el cielo.
Echar las redes como Cuerpo Apostólico Universal para ampliar el horizonte de nuestro servicio e impulsar entre todas el proyecto común
La búsqueda del “más” para la Misión nos ha impulsado a seguir poniendo en común nuestros “panes y peces”: disponibilidad de personas, creación de comunidades internacionales e interculturales, nuevas presencias, compartir recursos, unión de Provincias…. Este camino nos ha hecho más conscientes de nuestra pertenencia al Cuerpo Apostólico y nos ha dado, como Compañía de María, una mirada más amplia, global y universal. Hacer posible el proyecto común nos compromete a:
- Apostar por el futuro de la Compañía de María, por su permanencia en el tiempo para seguir tendiendo la mano en la Iglesia. Buscar creativamente cómo transmitir la vitalidad del Carisma y la validez de nuestro proyecto de vida religiosa para que otras se puedan reconocer en él e incorporarse al Instituto.
- Seguir avanzando en una visión global de la Compañía que nos permita tener criterios comunes, establecer prioridades, discernir presencias, proyectos y posibilidades de nuevas implantaciones y/o revitalización de las existentes.
Identificar las urgencias de la realidad, tener en cuenta las personas con las que contamos y los recursos económicos de que disponemos para proyectar, con la participación de los distintos contextos, el futuro como Compañía Universal.
- Consolidar las nuevas Provincias:
- Buscar estrategias que ayuden a tejer la identidad provincial: cuidar desde todos los niveles la interrelación, la información, la comunicación; generar encuentros zonales, por actividades, por generaciones …
- Revisar, a partir de la evaluación del proceso vivido:
- las estructuras de Gobierno para realizar las adaptaciones necesarias en cada contexto: delegación de funciones de la Superiora Provincial, número de miembros del Equipo Provincial y dedicación al servicio de Gobierno, papel de comisiones y grupos, cauces de participación…
- el coste económico que ha supuesto la unión de Provincias. Hacer un análisis del mismo y estudiar las perspectivas de futuro para hacer las previsiones necesarias. Ir caminando hacia criterios y modos de proceder comunes.
- Tomar conciencia de que la comunidad y el ámbito apostólico son el espacio principal y cotidiano de participación en la construcción del Cuerpo Apostólico Provincial y Universal.
- Hacer seguimiento a las comunidades ubicadas en lugares de nueva implantación y en países donde la Compañía es poco numerosa.
- Poner medios para avanzar en la interculturalidad dentro de la Compañía:
- Valorar la riqueza de cada cultura y comprometernos a aportar la propia para el bien y la construcción del Cuerpo Apostólico.
- Hacer efectivo el compromiso por el aprendizaje de otras lenguas que permita la comunicación e interrelación. Las religiosas enviadas a otros países han de estudiarlas con especial interés y seriedad como parte del proceso de inculturación.
- Estar abiertas a realidades diferentes a la propia; expresarlo a través de gestos de cercanía e interés por conocerlas. Ir estableciendo relaciones que creen lazos de proximidad, especialmente entre contextos alejados geográfica y culturalmente.
- Seguir favoreciendo la traducción de los textos y publicaciones de la Compañía a las diferentes lenguas.
- Responsabilizarnos de los bienes del Instituto, de su gestión y administración, para que estén al servicio de la vida y la misión de la Compañía y redunden en favor de los más necesitados.
- Realizar el análisis de los recursos económicos de que disponemos y la proyección de futuro como paso necesario para una planificación.
- Tener en cuenta la dimensión económica en el discernimiento de las obras, presencias y proyectos. Hacer las previsiones necesarias antes de iniciar otras nuevas.
- Buscar fuentes de financiación que den horizonte de futuro a las prioridades de la misión apostólica.
- Analizar los recursos económicos que exigen los nuevos proyectos internacionales y buscar modos de financiación.
- Preparar personas para realizar el servicio de la Administración.
- Dar continuidad a los proyectos iniciados a nivel internacional: “Proyecto Burdeos”, “Arte, humanismo y espiritualidad”… y realizar una evaluación continua.
- Seguir cultivando el aprecio por nuestra historia y la responsabilidad de dejar constancia de la misma, desde el nivel comunitario, como una manera de construir el presente y el futuro de la Compañía:
- Responsabilizarnos y elaborar criterios comunes para la conservación del patrimonio histórico y artístico.
- Formar personas para atender los servicios de secretaría, archivo y patrimonio.
Para seguir pensando:
No hay comentarios:
Publicar un comentario