lunes, 12 de octubre de 2009

Los lunes de Octubre

Echar las redes de manera educativa,

al estilo de Juana de Lestonnac

Una educación humanista-cristiana en un mundo plural es, en nuestro hoy, la respuesta que queremos dar en coherencia con la intuición primera de Juana de Lestonnac. Nos exige acompañar con lucidez a la persona, contextualizar los procesos educativos en cada realidad y continuar priorizando la atención a los jóvenes, la mujer y la familia. Nuestro estilo educativo nos compromete a:

  1. Impulsar la misión común en corresponsabilidad laicos-religiosas desde la identidad específica de cada uno.

  1. Ofrecer una educación integral que ayude a las personas a:
  • Afrontar los retos del mundo, discernir y optar.
  • Priorizar el valor de la vida y la dignidad humana, el diálogo, la justicia, la solidaridad, la responsabilidad y la búsqueda del bien común.
  • Crecer en conciencia ecológica, de interdependencia con el universo, y en el compromiso de cuidar el planeta.

  1. Ofrecer espacios de crecimiento en la fe: educar para la trascendencia y anunciar la persona de Jesús y su proyecto. Esta educación es una llamada a ser, personal y colectivamente, testigos y referentes del Dios de Jesús.

  1. Impulsar planes y acciones que eduquen para la interioridad, la solidaridad, la justicia y la paz, en todas las plataformas, incidiendo en los diferentes ámbitos que las conforman.

  1. Recrear la intuición de Juana de Lestonnac: “La mujer debe salvar a la mujer”:
  • Ahondar en nuestro ser de mujeres y discernir el modelo de mujer que transmitimos con nuestra presencia y acción educativa.
  • Comprometernos en la defensa de la dignidad y derechos de las mujeres.
  • Aportar nuestra identidad de mujeres en la Iglesia; tener una presencia activa desde una preparación y formación teológica.

  1. Implicarnos con las familias para asumir conjuntamente la tarea educativa y evangelizadora.

Conocer, respetar y acompañar las nuevas configuraciones familiares. Analizar qué transformaciones producen en la persona y qué podemos aportar desde nuestro estilo educativo.

  1. Renovar la opción por los jóvenes:
  • Diseñar y llevar adelante los procesos de evangelización contando con los jóvenes y desde ellos.
  • Crear espacios de encuentro donde puedan ser acompañados en la vivencia de la fe y en su compromiso con la sociedad.
  • Ofrecer nuestro proyecto de vida religiosa como una opción válida hoy para el seguimiento de Jesús. Favorecer la existencia de comunidades de referencia y acogida a jóvenes.
  • Potenciar, articular, sistematizar y compartir las acciones evangelizadoras, buscando la complementariedad.
  • Acoger el Proyecto Arte, Humanismo y Espiritualidad como un camino de evangelización y acompañamiento de jóvenes. Concretarlo en el nivel local.
  • Posibilitar experiencias de voluntariado que permitan el contacto con las realidades de pobreza e injusticia y muevan al compromiso.

  1. Asumir con responsabilidad la formación personal y profesional, por su repercusión en nuestro crecimiento como personas y en la tarea apostólica. Hacer llegar a otros y otras, a través de nuestros modos de relación, estilos de vida, acompañamiento educativo… lo que hemos recibido.

  1. Retomar e interiorizar las reflexiones educativas realizadas en estos últimos años y ponerlas en práctica de acuerdo a cada contexto.

Para seguir pensando:

Muchas veces miramos a los jóvenes de hoy, y nos parecen tan lejanos y diferentes de los jóvenes que fuimos nosotros. Pero ellos son "nuestros hijos", nuestro fruto, reflejo del mundo que les legamos, de nuestras propias luces y sombras. Tal vez, si sabemos mirar, podremos ver que la distancia no es tanta, que no hay un "ellos" y un "nosotros", sino un "todos" construyendo, mejorando, apostando al mañana, aceptando el desafío.

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