sábado, 5 de septiembre de 2009

carta Madre General

Roma, 1 de septiembre de 2009
Carta nº 7

A LOS LAICOS Y LAICAS DE LA COMPAÑÍA DE MARÍA NUESTRA SEÑORA

Queridos todos y todas:

Este año capitular, que finalizó con la celebración del XVI Capítulo General durante el mes de julio en Roma, ha sido un tiempo muy significativo en el caminar conjunto laicos–religiosas. Desde el inicio, según las posibilidades de cada contexto, se reflexionaron los materiales propuestos para hacer llegar al Capítulo General las cuestiones que era necesario debatir, con el deseo de buscar respuestas a las necesidades y clamores de nuestro tiempo. A partir de todas las aportaciones recibidas se elaboró un Documento de trabajo, que sirvió de base para el diálogo y discernimiento de esta última etapa del proceso.

Durante 10 días, 24 laicos y 50 religiosas participamos de un discernimiento que nos posibilitó concretar compromisos cordiales, que nos tocan especialmente el corazón y que, por eso mismo, deseamos apostar por ellos. Estos compromisos han quedado plasmados en la primera parte del Documento Capitular. Elaborarlos conjuntamente, ha sido un nuevo paso que implica la responsabilidad de interiorizarlos cada vez más y de hacerlos vida en cada contexto.

Guardamos de esta etapa de Roma un recuerdo especial, hemos vivenciado nuevamente las posibilidades que entraña el caminar juntos, en corresponsabilidad, aunando esfuerzos y ayudándonos en los vacíos y dificultades. Es todo un potencial con el que contamos para seguir construyendo Reino al estilo de Juana de Lestonnac.

También hemos tomado mayor conciencia de que pertenecer a una Compañía Universal es una riqueza grande que hemos de ofrecer a nuestro mundo; un mundo cada vez más interrelacionado y plural, más complejo y fragmentado, más impredecible, más líquido… Un mundo que nos presenta nuevos y sorprendentes desafíos.

La llamada que hemos escuchado a ahondar en la propia identidad, nos hace sentir que somos continuadoras y continuadores del Proyecto de Juana de Lestonnac; algo que desde la vocación particular de cada uno hemos de cuidar especialmente.

Tenemos la certeza de que la experiencia vivida es don, así lo expresábamos en la evaluación, y todo don cuando se comparte se multiplica. Sabemos también que la vida no se construye sin dificultades, que mantener la llama encendida en medio de dinamismos y corrientes contradictorias no es fácil, es lo que nos hace abrirnos a quien es nuestra fortaleza, con la seguridad de que nosotros y nosotras somos únicamente esas manos visibles de Dios, de las que se vale para, humilde y valientemente, seguir transparentando su humanidad.

El clima sereno, sencillo y cercano que hemos ido viviendo en el XVI Capítulo y a lo largo de todo el año capitular, nos ha hecho gustar la fraternidad universal, ha posibilitado el encuentro, la comunicación y el intercambio y nos ha afianzado en creer que, cuando compartimos un horizonte de sentido, es posible integrar todas las identidades, descubrir lo positivo que cada una aporta, enriquecernos mutuamente, influirnos positivamente… plasmar un Proyecto común.

Entre todo y todas hemos marcado el “hacia dónde”, nos toca ahora salir a cada mar y “echar las redes”. Desde los distintos rincones del mundo nos acompañamos, nos sabemos en Compañía, en la Casa de Nuestra Señora. Así lo expresa muy bien el Documento Capitular que las Superioras Provinciales compartirán con cada uno y cada una.

Queremos comunicarles también que Ernestine Velarde, Henriette Kasomo y Pilar Panadés regresarán a sus provincias: Estados Unidos, República Democrática del Congo y Brasil respectivamente, desde allí continuarán apoyando la marcha de la Compañía.

Les agradecemos especialmente los mensajes recibidos con ocasión del inicio del nuevo período de gobierno. Deseamos, conjuntamente, seguir construyendo Reino.

Nuevamente gracias por todo lo vivido.
Un fuerte abrazo,
Beatriz Acosta Mesa, odn y Equipo General

No hay comentarios: