Hola a todos:
Hasta no hace demasiado tiempo,
Pero el 2009 nos tenía preparada una sorpresa: una nueva gripe – o no tan nueva – que no respeta ni país, ni clase social, ni “grupo de riesgo”, ni categoría etaria. La posibilidad de contagio nos acecha a todos y reclama de todos una respuesta acorde, prudente y conciente.
Y con la nueva pandemia llegaron las nuevas medidas. Para algunos oportunas, para otros tardías e insuficientes; pero más allá de la lectura política que podamos hacer, no hay duda de que la gripe A, en otro sentido, constituye un llamado de atención, que ha puesto de manifiesto la necesidad de atender y dar respuesta a otras cuestiones no menos importantes. Con los chicos en casa, sin escuela, sin el “shopping”, “el ciber” o “el boliche”, la familia se ha vuelto a reunir alrededor de la mesa.
Especialistas de diferentes disciplinas ilustran a los padres sobre qué hacer en este tiempo de emergencia. Los diarios preparan a ritmo vertiginoso suplementos de todo tipo. Los canales de TV presentan programación especial. No es para menos: estamos en tiempo de aislamiento y la “familia está en casa”.
La gripe A nos obliga a cambiar nuestros hábitos. Menos salidas y más vida familiar. Un reencuentro que es oportunidad y desafío: apaguemos la tele, cerremos la sesión de chat. Volvamos al diálogo. Redescubramos todo aquèllo que la vida cotidiana, plagada de compromisos y obligaciones, nos arrebata día a día. Tal vez, nos demos cuenta que otra forma de vida es posible. Y sencillamente más feliz.
Saludos a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario