Roma, 1 de julio de 2009Un mosaico de rostros, lenguas, trajes, sentimientos y esperanzas anuncia que iniciamos el primer día del Capítulo. El eco del Veni Creator resuena en la sala capitular, en la que se hace evidente la presencia del Espíritu, único capaz de hacer nuevas todas las cosas. Un silencio sonoro y elocuente prepara el terreno para que cada una, ante la certeza de ser llamada por su nombre, en disponibilidad y apertura al querer de Dios, exprese: “presente”, una palabra cargada de contenido y de responsabilidad. Dos capitulares africanas aún no han podido arribar por cuestiones de visado.La Madre General, Beatriz Acosta Mesa da apertura al XVI Capítulo General. Anima a preparar el oído para escuchar la Palabra viva y eficaz que Dios desea pronunciar, a tomar decisiones valientes en coherencia con la luz que vayamos recibiendo, a ejercitarnos en la vivencia de lo que deseamos anunciar. En la Eucaristía celebramos esos rasgos comunes de identidad que nos hacen hermanas. El escudo de la Compañía construido por una representante de cada país, nos hace sentir a todas pertenecientes a una familia rica en diversidad y con mucho en común. La liturgia del día nos anima a vivir las distintas situaciones de conflicto que presenta la vida como oportunidad de crecer en confianza y disponibilidad al querer de Dios. La Comunidad de la Casa Generalicia, la Casa de todas, que alberga tras sus muros tantas historias, nombres y recuerdos, nos da la bienvenida a través de una presentación en Power-Point. Nos ayuda así, a hacer memoria agradecida de multitud de acontecimientos que se han ido entretejiendo a través del tiempo, hasta dar identidad a esta Casa, tan nuestra, fecunda y vital.Serena y gozosamente, hemos ido entrando en la dinámica capitular. Los mensajes recibidos desde los diferentes países y comunidades reavivan nuestro sentido de Cuerpo y nos permiten sentirnos siempre en “Compañía”.
martes, 7 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario