jueves, 9 de julio de 2009

Capítulo General

PALABRAS DE BIENVENIDA A LOS LAICOS
Iniciamos este encuentro contemplando esta cerámica que representa un árbol erguido con dos ramas abiertas. Fue el símbolo que el Capítulo anterior entregó al Gobierno General. Representa el deseo de continuar creciendo juntos, laicos y religiosas. Expresa una doble dinámica: hundir las raíces en una experiencia espiritual común y, a su vez, extender las ramas. Implica la posibilidad de que, desde lo específico de cada vocación, seamos capaces de dar sombra y cobijo a este mundo necesitado de humanización y Buena Noticia.
Hoy nos encontramos de nuevo aquí: religiosas, laicos educadores y educadoras y miembros de la Red Laical. Todas y todos estamos comprometidos con el Proyecto Educativo de Juana de Lestonnac. La profundización que llevamos a cabo conjuntamente sobre el mismo, con motivo de la celebración del IV centenario de aprobación de la Orden por la Iglesia, puso nuevamente de manifiesto la importancia de avanzar unidos, de realizar búsquedas comunes que nos conduzcan a actuar de una forma cada vez más interrelacionada.
El Capítulo General, autoridad máxima de toda congregación religiosa, tiene como fin principal promover la unión de corazones para la consecución de unos objetivos comunes y explicitar así, en cada momento histórico, las virtualidades contenidas en el carisma(1). Estos días tenemos la oportunidad de hacerlo realidad. Concretar los compromisos que, desde la misión educativa, hemos de hacer posibles en los próximos seis años, es una gracia y una responsabilidad.
El hecho de trabajar juntos, en clima de discernimiento, con distintas sensibilidades y compartiendo referentes, nos abre las puertas para ir llenando de contenido el eje temático de este Capítulo: “Cultura, identidad, interculturalidad, universalidad, desde nuestro horizonte de sentido: el Reino”.
Acogemos esta tarea que nos confía la Compañía Universal confiados y confiadas en la Palabra que el Señor nos regala en la primera lectura de la Eucaristía de hoy. Un texto bíblico en el que Juana de Lestonnac se inspiró para presentar su Proyecto a un grupo de jóvenes que compartían con ella la ayuda a los más necesitados, era el año de 1605(2):
“Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.(3)
Que estos días sean la posibilidad de seguir colaborando activamente en la construcción del Proyecto Compañía de María.
A cada una, cada uno: ¡bienvenidos! Y gracias por su presencia entre nosotras.
Beatriz Acosta Mesa odn
Roma, 3 de julio de 2009

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