Roma, 03 de julio de 2009
Con un espacio de oración orientado por la Delegación Territorial de Inglaterra, iniciamos el tercer día de Capítulo. A través de distintos signos: la mano, la llama, el escudo, fuimos experimentando que tenemos una misma identidad y un deseo común: caminar en unión de corazones.
Laicos y religiosas llegamos hasta la sala capitular para iniciar la segunda etapa del capítulo. La Madre General Beatriz Acosta Mesa, nos invitó a contemplar una cerámica que representa un árbol erguido con dos ramas abiertas; fue el símbolo que el Capítulo anterior entregó al Equipo General y que representa el deseo de continuar haciendo la andadura juntos, religiosas y laicos. Recibimos la invitación a trabajar unidos en un clima de discernimiento, aportando cada uno nuestros referentes y sensibilidades.
El texto de la liturgia del día (Efesios 2,19-22), resonó con la misma intensidad que en 1605, cuando sirvió a Santa Juana de fuente de inspiración para su proyecto. Nos sentimos corresponsables de ayudar a la construcción de un “nuevo templo”.
El tema central del día: visión general de la Compañía de María en diferentes contextos. Cada Provincia, Delegación y Ámbito Interprovincial, presentó con creatividad, profundidad y realismo aspectos del contexto en el cual se encuentra, datos significativos referidos a número de hermanas, comunidades, proyectos y obras apostólicas, procesos de unificación que se han vivido.
Un aspecto relevante en las presentaciones fue la descripción de las distintas etapas de unificación en las nuevas provincias. Constatamos con alegría el camino recorrido, que con luces y sombras, pérdidas y frutos inesperados, ha generado vida en abundancia.
Contemplamos esta realidad plural, Compañía universal, en la que se van desdibujando las fronteras. Hermanas de unos continentes en otros, todas apostando por un proyecto común.
Finalizada la presentación de cada Provincia se compartió un recuerdo significativo.
Concluido el recorrido por todos los continentes, hubo un espacio para reaccionar. Recogemos algunas expresiones:
“…son múltiples las situaciones necesitadas a las que las religiosas están respondiendo…Esto supone para nosotros como laicos, un gran desafío y responsabilidad”
“…En este proceso hemos interiorizado la riqueza de la diversidad”.
“…Quizás somos menos, pero somos más para el mundo”.
“…La unión de Provincias era una utopía y hoy es una realidad”.
“…Hemos tomado conciencia de que cada contexto es muy plural”
Y después de escucharnos queda en el corazón mucha esperanza, agradecimiento al Señor por lo que nos va regalando, la certeza de que vamos haciendo nuestros los gozos y tristezas de la humanidad y el gran desafío para todos y todas de tejer el mapa universal.
La contemplación de esta realidad nos abre nuevos horizontes de búsqueda para la misión.
Al finalizar el día y como introducción al eje temático del Capítulo, se proyectó un audiovisual, que puso palabra e imagen a la vivencia del día.
Laicos y religiosas llegamos hasta la sala capitular para iniciar la segunda etapa del capítulo. La Madre General Beatriz Acosta Mesa, nos invitó a contemplar una cerámica que representa un árbol erguido con dos ramas abiertas; fue el símbolo que el Capítulo anterior entregó al Equipo General y que representa el deseo de continuar haciendo la andadura juntos, religiosas y laicos. Recibimos la invitación a trabajar unidos en un clima de discernimiento, aportando cada uno nuestros referentes y sensibilidades.
El texto de la liturgia del día (Efesios 2,19-22), resonó con la misma intensidad que en 1605, cuando sirvió a Santa Juana de fuente de inspiración para su proyecto. Nos sentimos corresponsables de ayudar a la construcción de un “nuevo templo”.
El tema central del día: visión general de la Compañía de María en diferentes contextos. Cada Provincia, Delegación y Ámbito Interprovincial, presentó con creatividad, profundidad y realismo aspectos del contexto en el cual se encuentra, datos significativos referidos a número de hermanas, comunidades, proyectos y obras apostólicas, procesos de unificación que se han vivido.
Un aspecto relevante en las presentaciones fue la descripción de las distintas etapas de unificación en las nuevas provincias. Constatamos con alegría el camino recorrido, que con luces y sombras, pérdidas y frutos inesperados, ha generado vida en abundancia.
Contemplamos esta realidad plural, Compañía universal, en la que se van desdibujando las fronteras. Hermanas de unos continentes en otros, todas apostando por un proyecto común.
Finalizada la presentación de cada Provincia se compartió un recuerdo significativo.
Concluido el recorrido por todos los continentes, hubo un espacio para reaccionar. Recogemos algunas expresiones:
“…son múltiples las situaciones necesitadas a las que las religiosas están respondiendo…Esto supone para nosotros como laicos, un gran desafío y responsabilidad”
“…En este proceso hemos interiorizado la riqueza de la diversidad”.
“…Quizás somos menos, pero somos más para el mundo”.
“…La unión de Provincias era una utopía y hoy es una realidad”.
“…Hemos tomado conciencia de que cada contexto es muy plural”
Y después de escucharnos queda en el corazón mucha esperanza, agradecimiento al Señor por lo que nos va regalando, la certeza de que vamos haciendo nuestros los gozos y tristezas de la humanidad y el gran desafío para todos y todas de tejer el mapa universal.
La contemplación de esta realidad nos abre nuevos horizontes de búsqueda para la misión.
Al finalizar el día y como introducción al eje temático del Capítulo, se proyectó un audiovisual, que puso palabra e imagen a la vivencia del día.
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