lunes, 2 de mayo de 2011

Los lunes de Mayo


LAS MUJERES DE LA RESURRECCIÓN

Todavía la mañana

no había dicho una palabra,

y un silencio claro

arropaba toda la vida.

Ningún deslumbre

entornaba los ojos,

ninguna estridencia

irritaba la escucha,

ninguna brisa

enturbiaba los perfiles.

Se asomaba el día

con rumor virginal

cuando las mujeres de Galilea

llegaron al sepulcro.

Buscaban ungir un cuerpo

con el más tierno perfume

de su esperanza macerada.

¿Era sólo la certeza

del amigo muerto

la que las llevaba hasta la tumba?

Habían perdido su tesoro

y eran tan débiles y pobres

que ya sólo podían avanzar

desde más allá de sí mismas.

¡El amor hunde sus raíces

en el misterio siempre vivo!

La piedra uncida a la muerte

por los sellos imperiales

había sido rodada.

En lo oscuro de la tumba

se encendió una pregunta,

se iluminó una certeza,

se insinuó una presencia.

La noticia empezó

a buscar sus palabras

mientras corrían las mujeres

sin lastre de tristeza

en la piel de sus sandalias.

Jesús ya no está

en el sepulcro de piedra.

Hay que buscarlo

en la noche rota,

en la sorpresa del alba,

en el pueblo atravesado,

en las manos horadadas,

en la paz y la alegría,

en los nombres que amamos,

en los ojos que nos aman.

¡Hay que esperarlo

con toda la búsqueda del alma!

Benjamín González Buelta, sj


Pido:

Experimentar con alegría la VIDA de Jesús, en mí, en otras personas, en las diversas situaciones que transito diariamente.

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