lunes, 28 de septiembre de 2009

Los lunes de septiembre

Finalizamos la meditación de "Los lunes de Septiembre", con esta hermosísima oración:

NADA TE TURBE (Santa Teresa de Jesús)

Nada te turbe,
Nada te espante
todo se pasa
Dios no se muda
La paciencia
todo lo alcanza
quien a Dios tiene
nada le falta
Sólo Dios basta.


Eleva el pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.

A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga
nada te espante.

¿Ves la gloria del mundo?
es gloria vana;
Nada tiene de estable,
todo se pasa.

Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
fiel y rico es promesas,
Dios no se muda.

Ámala cual se merece,
Bondad inmensa;
pero no hay amor fino
sin la paciencia.

Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
todo lo alcanza.

Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
quien a Dios tiene.

Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios su tesoro,
nada le falta.

Id, pues, bienes del mundo,
Id, dichas vanas;
aunque todo lo pierda
Sólo Dios basta.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola a todos: somos el grupo de Céspedes y acaba de terminar nuestra reunión. Comenzamos a reflexionar sobre el documento capitular. Está buenísimo y nos ha dado mucho tema para conversar y, como siempre, quedarnos con ganas de más ... Anímense a hacer comentarios así nos encontramos en "red". Un gran cariño a todos. Las chicas de Céspedes.

Anónimo dijo...

Hola a todos: Somos el grupo de Mendoza, ciudad y hemos tenido nuestra reunión el viernes 2 de octubre.Leímos la primera parte del documento que nos mandó la Hermana Nelda y luego de comentarlo hicimos la siguiente reflexión que deseamos compartir con todos.
"En una sociedad donde hay desánimo por situaciones de incomprensión que nos angustian, lo que nos identifica y nos moviliza es el buscar ser más felices, no de una manera banal, sino de un sentido más profundo de la vida.
La sociedad argentina está cansada, desanimada, esta realidad nos moviliza a construir desde nuestro lugar algo mejor.
Ver otras realidades más difíciles que las nuestras nos lleva a pensar en no quejarnos tanto de nuestros problemas, sino alegrarnos, movilizarnos a llevar la alegría cristiana, desde un mensaje esperanzador allí donde nos toque vivir".